martes, 28 de diciembre de 2010
Encabezamientos y Tesauros.
Los encabezamientos de materias son la palabra o palabras que van colocadas a la cabecera de los asientos bibliográficos y que como punto de acceso sirven de primer dato para la ordenación alfabética de un conjunto de asientos. Este punto de acceso es el nombre, término o signo bajo el cual puede ser buscado o identificado un asiento bibliográfico.
Por lo general el acceso a los documentos es por varios asientos por lo cual se le da uno principal y algunos secundarios. Estos distintos puntos de acceso han sido obtenidos en la segunda operación del análisis formal, Catalogación.
Para dar un encabezamiento se debe dar un término consistente además de único ya que si existe más de una forma de designar una materia se deberá escoger el encabezamiento principal y manejar las demás alternativas como secundarias. Cuando un documento se compone de diversas temáticas y de varias partes el encabezamiento puede ser por el nombre de autor del documento o por el colectivo.
El encabezamiento de materia puede ser: simple por palabras simples o puede estar compuesto con el subencabezamiento y a su vez se puede decir que existen diferentes formas de encabezamientos principales como nombres de personas, entidades, obras, nombres geográficos y materias.
Principio de Especificidad: Un encabezamiento debe ser lo más específico posible. El encabezamiento no debe ser menos específico que el subencabezamiento.
Principio de Síntesis: Siempre se debe elegir el encabezamiento más simple posible.
Principio Lingüístico: El idioma de la clasificación siempre será el del centro de documentación. Si tengo un libro en inglés, me dará igual y lo clasificaré en español.
Principio de Uniformidad: Una misma materia debe designarse siempre con el mismo encabezamiento.
Entre varios sinónimos hay que utilizar el más habitual o corriente. En el caso de que haya homónimos hay que aclararlos entre paréntesis.
Principio de Economía: No se deben poner demasiados encabezamientos de materia por obra.
Por otra parte nos referiremos a los descriptores que forman parte de los Tesauros. Con los descriptores se construían índices, por consiguiente indizar se llamó al proceso de obtener aquellas palabras de los documentos, con los que se confeccionaban los índices. Debió ser aún antes de 1945, pues en las referencias a las clasificaciones facetadas, ya se habla de indización.
En los descriptores no hay limitación, el uso de descriptores implica necesariamente el uso de tesauros puesto que un descriptor es por definición un término de indización de un tesauro y sólo puede entenderse dentro del contexto de éste. Los descriptores son similares a las palabras clave ya que son posibles entradas al documento sin embargo deben estar bien elegidos de acuerdo al contenido del documento para que no se tenga un acceso equivocado a este, además de que puede ocasionar confusión si son demasiados.
Los descriptores se convierten en lenguajes terminológicos que se convierten en documentarios utilizados en los procesos de indización como lo mencionamos anteriormente, éstos deben permitir la introducción o supresión de términos para mantener su actualidad constantemente; también deben servir para convertir el lenguaje natural de los documentos en un lenguaje concreto normalizado y apto para controlar la información que contiene el documento.
Los tesauros son generales y especializados, por lo tanto y convirtiéndose un tesauro general al mismo tiempo en un tesauro multidisciplinario entonces también se divide en multidisciplinares y mono disciplinares, sin embargo se observa que es muy difícil utilizar un tesauro estrictamente mono disciplinar y por lo general en estos casos se utiliza un auxiliar por lo que también se dividen en principales y auxiliares.
Cuando se considera la disposición del tema, o temas tratados, las clasificaciones se diversifican. Sabemos que otra de las características principales de un tesauro es su simplicidad en lo concerniente a las relaciones de sus términos. Parecería pues que una disposición alfabética de las palabras clave sería la mejor manera de ordenar su temática por lo cual habrá que pensar en tesauros alfabéticos y sistemáticos.
Los tesauros pueden ser macro tesauros a aquel que tiene diferentes temas ligados entre sí y micro tesauros y también pueden ser divididos de acuerdo al idioma en monolingües, bilingües y plurilingües además de ser públicos o privados.
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