martes, 29 de marzo de 2011

El Virreinato del Siglo XVI.


En los primeros años de la conquista, el poder político fue ejercido por los conquistadores. El régimen de la encomienda fue empleado para el control de los colonizadores en la población indígena. El primer virrey fue Don Antonio de Mendoza y llegó a la Nueva España en 1535 y con el tiempo los Virreyes fueron restando poder a los encomenderos hasta que el control político y social quedó en manos de hacendados, mineros y comerciantes.
En la primera mitad del siglo XVI, los encomenderos establecieron una economía basada en el uso de los indígenas como fuente de tributo y mano de obra para sus empresas de ganadería, agricultura y extracción de minerales en minas superficiales, sin embargo, el rápido descenso de la población indígena, el agotamiento de las minas mesoamericanas y el hecho de descubrir grandes yacimientos en el norte ocasionó el cambio de rumbo de la economía novohispana.
Por otra parte la evangelización fue la justificación espiritual de la conquista. La iglesia Americana dependió más del Rey que del Papa, al principio, la evangelización se encomendó a frailes y no a sacerdotes, los frailes creían que los indios estaban menos enviciados que los españoles lo cual los convertía en material para fundar con ellos un reino cristiano que reviviera los ideales de la iglesia primitiva y fueron tres órdenes las encargadas de esta empresa: franciscanos, dominicos y agustinos.

Refiriéndonos a su lenguaje artístico, la producción plástica fue elaborada por los indígenas los cuales copiaban modelos europeos que los frailes les proporcionaban. Existían algunos misioneros que se dieron a la tarea de escribir diccionarios en lenguas indígenas para realizar prédicas masivas y trataron de hacer atractiva la liturgia católica con músicos y cantores además de representaciones teatrales con temas religiosos.
También a mediados del siglo en cuestión, el intercambio de productos entre el Oriente y la Nueva España fue constante a través del Galeón de Manila y su ruta anual desde Acapulco hasta las Filipinas, se introdujeron a la nueva España diversos objetos como la porcelana y la talla en marfil.
En los inicios del siglo XVI, la iglesia católica europea vivió un proceso de renovación como respuesta a las críticas de los protestantes: la contrarreforma. Los países católicos como España acentuaron su preocupación para atraer creyentes hacia su fe. Para lograrlo la iglesia cuidó la disposición didáctica de las imágenes sagradas, encomendando a los artistas esa labor.
En el Siglo XVII, la convivencia de los indios, negros y españoles fue creando una sociedad étnica y culturalmente diversa; en los reales de minas, los negros introducidos como esclavos se mezclaron con los indios y españoles formando una población que constituyó la mayoría de los trabajadores de las minas. Los intelectuales criollos se caracterizaron por su interés en el conocimiento de las ciencias, las artes y la teología, destacando en este grupo Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora.
Ya en el siglo XVIII la Ilustración desarrollada en Francia reaccionó contra la manera de concebir al ser humano y postuló nuevas concepciones científicas y laicas del mismo. Las ideas ilustradas, en contradicción con los deseos iníciales de la corona de retomar el control colonial reforzaron la crítica de los criollos e influyeron en el cuestionamiento de la sociedad novohispana y el sometimiento de la metrópoli.
En este mismo siglo, periódicos, revistas y tratados científicos divulgaron las nuevas ideas económicas, sociales y educativas. Ya a finales de siglo la sociedad novohispana vivía procesos de cambio provocados por el desequilibrado crecimiento económico. Los efectos que estos cambios produjeron en la sociedad se resumían en una población altamente jerarquizada y un descontento que desembocaría en el movimiento de independencia.

Fuentes: http://www.virreinato.inah.gob.mx:8080/mnvski/Index.jsp consultado 29/03/11

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